En la película se nos explica, de cierta forma, el modo de ser y la forma de pintar del protagonista. Nos dice sus inicios como pintor y la dificultad que tenían los artistas americanos en ser expuestos en alguna galería, ya que los artistas preferidos de los dueños de galerías eran los artistas europeos.
Los mejores años del pintor, y los que se mantuvo en la cima fueron gracias a su esposa una mujer firme en su apreciación del arte, quien también era su principal promotora. Desde que descubre el talento innovador de Jackson trata de salvarlo a toda costa de la tentación del alcohol, la mayoría de las veces sin éxito sin embargo, la vida de Jackson toma un giro repentino, a causa de su adicción al alcohol.
Él ansiaba ser famoso y quería tener la misma fama que tuvo Picasso. Pero cuando encontró su técnica propia se convirtió en lo que el anhelaba ser, una artista reconocido. Según la película, Pollock dice que su arte no es casual, si no mas bien intelectual. Nos deja entrever lo difícil que puede llegar a ser la vida de un artista. Nos pasea por las presiones familiares, los intereses económicos, las dificultades propias de la profesión y nos demuestra lo complicado que es poder sobrellevar la fama.
Pollock se distanció del arte figurativo y desarrolló técnicas como el splashing o el dripping, consistentes en lanzar pintura al lienzo o dejarla gotear encima de este sin utilizar dibujos ni bocetos. Pollock comenzó a usar esta técnica en el año en que precisamente participó en la última exposición. Pollock extendía la tela, normalmente sin tratar, sobre el suelo, y corría o bailaba a su alrededor y dentro de ella, derramando la pintura de manera uniforme. Pollock no trabajaba sobre el lienzo sino, muchas veces, metido en él. En efecto, no trabajaba la tela con utensilios tradicionales como el pincel o la espátula, sino mediante la técnica del dripping.
